miércoles, 19 de diciembre de 2012

LA CIGÜEÑELA DESPISTADA



LA CIGÜEÑELA DESPISTADA 

Érase una vez una bandada de cigüeñelas, que había llegado al parque natural de los Toruños en su largo peregrinar desde las tierras frías del norte. Pronto se dan cuenta de lo agradable del sitio. Hay muchos animales y vegetación, el agua del mar se adentra por la tierra llenándola de serpenteantes surcos. La mamá cigüeñela no lo duda ni un momento: “nos quedaremos a pasar el invierno aquí”. Pronto todas las cigüeñelas  se ponen picos a la obra: unas comienzan a buscar comida, otras cuidan de los pollitos y otras se ponen a hacer un hueco en la arena para montar su nido. Una cigüeñela un poco despistada se ha separado del grupo mientras buscaba comida. Ha visto algo deslizándose por la tierra y le ha interesado. Cree que debe estar rico. 
Cuando hunde su pico en el lodo de la ría para atrapar lo que cree que es un suculento camarón
se da cuenta de que no puede sacarlo. Algo atrapa al pico allí abajo. Al principio se asusta un poco pero intenta con paciencia desatascar su pico.
Poco a poco va poniéndose nervioso porque no lo consigue.

Un chorlitejos que pasa por allí se acerca y le pregunta por qué tiene el pico hundido en el agua. En seguida se da cuenta del problema e intenta ayudar a nuestra amiga la cigüeñela. Mete su pico pero no consigue nada. Entonces se acuerda de que
 tiene una amiga cigüeña
que es más fuerte y grande que él y le pide al rápido correlimos, que vaya a  llamarla.
Entre las dos intentan sacar el pico de la cigüeñela del agua. De nuevo fracasan en el intento. Está bien atrapado por algo duro.  Justo cuando iban a hacer un último intento escuchan voces, se asustan y salen volando. Allí se queda nuestra pobre amiga la cigüeñela, atrapada y a merced de dos personas que se acercan no se sabe con qué intenciones. Uno de los dos hombres es un anciano, que se agacha y hurga con su dedo justo debajo del pico de la cigüeñela liberándolo de inmediato. El objeto que atrapaba el pico resulta ser una anilla de una lata de refresco. El anciano dice a su nieto “Mira lo que ocurre cuando tiramos basura a la naturaleza; esta pobre cigüeñela está muerta de miedo y si no llegamos nosotros podría haber muerto de verdad”. Entonces la suelta para que vuele. Mientras la ven volar, abuelo y nieto se dicen “Mañana vendremos a limpiar esta zona de todas las basuras que encontremos”.

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